Para ellos, contaminamos una gelatina, mediante un bastoncillo de algodón que frotamos en diferentes superficies como el suelo de la clase, una moneda, oído, baño de chicas y de chicos....
Dejamos los recipientes de cristal durante unas semanas en la clase y cada día observamos la evolución, el resultado fue ¡¡¡realmente asombroso!!!
Aquí os mostramos unas imágenes, realizando el experimento. Se ve a los alumnos contaminando las muestras, y los recipientes de cristal, el primer día y los últimos días.
Ostras, qué interesante. Me encanta este experimento. La de porquería que hay por todas partes. Sí que es sorprendente sí el resultado.
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